viernes, 30 de marzo de 2012

Siempre y nunca, contra a veces



Del libro "Los otros cuentos"
Relatos del Subcomandante Marcos

Había una vez… dos veces. Una se llamaba Una vez y la otra se llamaba Otra vez.

Una y Otra vez formaban la familia A veces, que vivía y comía de vez en vez. Los grandes imperios dominantes eran Siempre y Nunca que, como es evidente, odiaban a muerte a la familia A veces. Ni Siempre ni Nunca toleraban que los A veces existieran. Siempre no podía permitir que Una vez viviera en su reino porque entonces Siempre dejaba de serlo porque si ya hay una vez entonces ya no hay siempre. Nunca tampoco podía permitir que Otra vez apareciera otra vez en su reino porque Nunca no puede vivir con una vez ni menos si esa vez es Otra vez. Pero Una vez y Otra vez se la pasaban molestando una y otra vez a Siempre y a Nunca. Y así fue hasta que Siempre las dejó en paz para siempre y Nunca nunca las volvió a molestar. Y Una vez y Otra vez se la pasaron jugando una y otra vez.
“¿Qué ves?” preguntaba Una vez, y Otra vez contestaba: “Pues qué.. ¿no ves?”
Y así se la pasaban felices de vez en vez, ya ves. Y siempre fueron Una y Otra vez y nunca dejaron de ser A veces. Tan, tan.

Moralejas del Sub:
1-      A veces es muy difícil distinguir entre una vez y otra vez.
2-      Nunca hay que decir siempre (bueno, a veces sí)
3-     Los “siempre” y los “nunca” los imponen los de arriba, pero abajo aparecen “los molestos” una y otra vez que, a veces, es otra forma de decir “los diferentes” o de vez en vez, “los rebeldes”.
4-      Nunca vuelvo a escribir un cuento como éste, y yo siempre cumplo lo que digo (bueno, a veces no).
5-     Esta última moraleja no es del Sub comandante, sino de quien transcribe este cuento. Y tiene que ver con el momento en que lo descubrí. Leí este cuento en los bosques de San José del Pacífico, Oaxaca, México, bajo los efectos de un honguito muy suave. Mientras lo leía mi compañera de entonces conversaba con una lagartija (quizá porque tenía un honguito de más). Cuando lo terminé de leer me dije: siempre que pueda, de vez en vez, trataré de visitar este bosque o, al menos re leeré este cuento, para caer en la cuenta que si caigo en los Nunca o en los Siempre, no cuento el cuento.

Salú.
J.Q.