Se trata de una maravillosa película de la directora española Isabel Coixet (“Mi vida sin mi” -2003-; “París Je t’aime” -2006-; y
otras exquisiteces más). Estrenada en el año 2005.
La película, con Tim Robbins y Sarah Polley, transcurre en
una plataforma marítima que recibe 28.000 olas por día y donde se impone matar el tiempo antes de que el tiempo te mate
a ti. Sin embargo, todo puede suceder entre las personas si se vive el detalle, porque -en definitiva- no hay dos
olas iguales. De manera que -con pequeños diálogos- se corrompe la monotonía con esa especial combinación de silencios y palabras.
Es una película sobre el
enorme poder del amor en sus distintas dimensiones y sobre la pesadez del
pasado en nuestras vidas. No es novedad que en la medida que avanzamos en edad
nos vamos dando cuenta de ese peso y de la importancia de buscar distintas formas
de llevarlo, de alivianar esa mochila o de hacerla mas pesada. Dice Tim Robins
en la película: “¿Cómo se vive con las cosas que han pasado? ¿Como se vive con
los muertos?” Uno dirá que todo el mundo
sigue viviendo de algún modo… pero hay formas y formas, y también hay gente que
no consigue sobrellevarlo. Las historias difíciles, fuertes, suelen ser
ilustrativas de ello, entonces aparecen las palabras, los silencios, la
capacidad de percepción de quienes se aferran a la esperanza y a las ganas de
vivir y, por supuesto, el amor como un hilo que, de repente, nos roza la cara…
nos toca la oreja… llega como molestando a quien está nadando en las aguas de
su dolor y su pasado, entonces está la posibilidad de aferrarse a él, como al mejor
conjuro ante las presencias cotidianas de la muerte.
No es casual que uno de
los personajes esté cegado, no es casual su pedido: “¿Me ayudarás a mirarme de
nuevo?”. No es casual su adivinar que no es pelirroja, que no se llama Cora o
que usa jabón de almendras. Esa percepción, y el humor, es la forma de ese
pequeño y fuerte hilo que molesta a los dolientes sumergidos en su pasado
(increíblemente fuerte en este caso).
Esta gran directora catalana nos ha regalado una película
conmovedora. Me recuerda a la hermosísima Contra viento y marea de Lars Von
Trier.
"La vida secreta..." una película sobre el pulso de la vida, sobre las ganas de amar, sobre el dejarse querer. Una película intimista pero que, a pesar de sus silencios, hace mucho ruido y sus ecos golpean fuerte.
"La vida secreta..." una película sobre el pulso de la vida, sobre las ganas de amar, sobre el dejarse querer. Una película intimista pero que, a pesar de sus silencios, hace mucho ruido y sus ecos golpean fuerte.
Una película para ver.
Muy recomendable
Salú!!!
J.Q.