martes, 8 de febrero de 2011

Volviendo a Arcand

Lo que logra Denys Arcant no es muy común. Uno se apoltrona en el sillón para ver sus películas y se sensibiliza, reflexiona sobre la vida y la sociedad y, además… mantiene o recupera el buen humor. De manera que resulta muy grato volver a sus películas. Porque no es sencillo encontrar miradas críticas sobre la vida actual que a la vez se rían de lo que somos, lo que pensamos y de cómo actuamos. Denys Arcand, el cineasta canadiense, se especializa en eso. Nunca cae en cesudas y aburridas miradas militantes porque no abandona el humor, la sátira, ni las emociones de la existencia cotidiana. Diríamos más: el humor y los afectos son sus mejores compañeros para la crítica social. La perorata viene a cuentas de que volví a ver dos películas: El Oscar a la mejor película extranjera del 2003 y su última realización. Y contradiciendo el dicho de que no hay segundas partes buenas, las disfruté mas que antes. Y esta vez me tomé solo dos "fernandos" (en cada una). Salú

Las invasiones bárbaras (2003).

De sus películas diría que, al estilo Arcand, es la más política. Digo al estilo Arcand porque, como en lo cotidiano, la política es parte de la vida y transcurre con dramatismo y humor, todo mezclado. Entonces nos encontramos con un film en que la corrupción y mafistización del Estado (hoy un tema muy fuerte) se combina con la problemática relación padre – hijo; la mirada sobre los genocidios en el siglo XX con el sexo; la vaciedad de la vida moderna con el cretinismo de la militancia progresista; el sentido de la vida con la crisis de los estados de bienestar y, por supuesto, el amor. El amor, por los costados y como necesidad de todos. Las invasiones bárbaras: Una joyita para volver a ver.
  
La edad de la Inocencia (2007)

En nuestro mercado y en Internet está también con el título La edad de la Ignorancia. Aquí Arcant entra a la crítica de la sociedad actual a través de la existencia masculina, del agobiante lugar en que la sociedad le exige al hombre colocarse. Para los argentinos memoriosos, la película remite directamente a “Las puertitas del Sr López” (la gran historieta de Trillo y Altuna). Con humor ácido, con crítica mordaz, con un sentido dramático fuerte que transmite el dolor del desamor y la muerte, Arcand nos lleva de la mano a ver cómo este hombre de una existencia exagerada y deliberadamente mediocre (para resaltar lo que se exige de él) decide abandonar todas esas demandas propias y ajenas, para darse otra oportunidad en una vida que tiene la sencillez, la vitalidad y el colorido de aquellos cuadros simples y hermosos de los grandes pintores. Termina su inocencia, o su edad de la ignorancia, cuando se decide a descubrir lo inmenso de las pequeñas cosas. Y todo, con humor y dramatismo, como en la vida. Otra joyita para volver a ver.
Les dejo el trailer de "La edad de la inocencia", a ver si se entusiasman y vuelven Uds también a este cine bellísimo. Salú.





2 comentarios:

  1. Las invasiones bárbaras, qué linda película, salí conmovido del cine! personajes tan adorables como cuestionables, donde el único que parece tener todo claro (Sebastian, el hijo) termina tambaleando. Una excelente perspectiva de la muerte, pero más de la vida. El contenido político de la peli es bueno pero no deja ser accesorio para mí. Los vículos emocionales, en cambio, se llevan todo el mérito. Par volver a verla muchas veces...
    Ups ya lo hice!!! Un abrazo!

    Rober

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  2. Que buen comentario Robert!!! Si, es así, una excelente película. Yo recuerdo de haberla ido a ver con mi9 hijo que por entonces tenía 15, y también salió conmovido... Va un gran abrazo y gracias por comentar !!!!
    Juan

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