sábado, 10 de septiembre de 2011

Irena Sendler o la banalidad del bien


Sábado por la mañana. Me levanto... desayuno... pienso en la película que vi ayer..., en los tangos bailados, miro mi patio... tranquilo, celebro que el viento me de un descanso.
Té en mano, abro el correo y uno de los mails concentra mi atención. No pude dejar de leerlo. Comenzaba con una foto: ¿Quien es esta mujer que me dice tanto con esa sonrisa?

La historia comienza cuando unos estudiantes norteamericanos que investigaban, en 1999, sobre el ghetto de Varsovia, ven que muchos de sus datos los conducen a una persona: Irena Sendler. Buscan su tumba pero no la encuentran. Claro, ella, con mas de 90 años, vivía en un hogar para ancianos de esa ciudad. ¿Qué tenía de particular Irena? Muy brevemente, su historia es asombrosa.
En 1939, cuando los nazis invaden Polonia, esta mujer trabajaba como enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, que se encargaba de mantener los comedores comunitarios de la ciudad, y además repartír ropa, medicamentos y muchas veces dinero, para los humildes. Cuando la ocupación alemana crea el ghetto de Varsovia, en 1942, la vida de Irena no da un vuelco. Mas bien profundiza lo que viene haciendo.
Las condiciones de vida allí, en el ghetto, eran tremendas. Por asesinato, hambre o "traslado", la muerte allí era segura. Las enfermedades infectocontagiosas estaban al orden del día y los alemanes no querían contagiarse, entonces relegaban esa tarea de "control sanitario" en personal polaco. De esa manera Irena consiguió una identificación para entrar, recorrer y salir del ghetto diariamente.

¿Que hacía Irena recorriendo las calles del ghetto? Wikipedia lo relata mejor: Pronto se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera del gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él. Muchas madres y abuelas eran reticentes a entregar a sus niños, algo absolutamente comprensible pero que resultó fatal para ellos. Muchas veces, cuando volvía a visitar a las familias para insistir sobre la cuestión, se enteraba que todos habían sido llevados, en tren, a los campos de exterminio.

Así esta mujer comenzó a rescatar niños del ghetto. Comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de papas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape. En un año y medio logró salvar aproximadamente 2.500 niños, ayudada por un perro cuyos ladridos tapaban el llanto de aquellas criaturas que no soportaban la situación o no podían ser dormidas.

Irena tuvo la precaución de hacer una lista de los niños que rescataba, con todos sus datos. Metió esa información en frascos y la enterró a los pies del manzano de su vecino. La idea era que cuando termine la guerra esos niños puedan saber de sus padres, reconstruir los lazos y su identidad. Claro, muchos de esos padres terminaron en los campos de exterminio, el caso mas conocido de estos niños es el de la niña de la cuchara de plata.

En determinado momento Irena es descubierta por la Gestapo y llevada a la temible cárcel de Pawiak. En los "interrogatorios" le rompeiron sus pies y sus manos, pero no dió los nombres de sus colaboradores ni reveló el lugar en que guardaba la información sobre los niños. 
Cuando fue retirada de la celda para su ejecución, el soldado que le apuntaba le gritó en polaco "corra!!!". Había sido sobornado por resistentes polacos para salvar a Irena y la información sobre los niños.

Irena fue una desconocida y siguió siéndolo por mucho tiempo, porque nunca habló de su vida durante la segunda guerra y la dictadura comunista tampoco la trató bien. En 1965 la organización Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título de Justa entre las naciones y se la nombró ciudadana honoraria de Israel.
Hasta su muerte, 12 de mayo de 2008, a los 98 años, vivió en el hogar de ancianos rodeada de flores y recibiendo absequios de aquellos niños, desde distintos lugares del mundo. Cuando se le preguntó por su tarea, respondió: no hice nada extraordinario, hice lo que tenía que hacer y se lamentaba por los que quedaron en el camino.
En el 2008 fue propuesta por el gobierno de Polonia para el Nobel de la Paz, pero ese año se lo entregaron a Al Gore, por su trabajo sobre el calentamiento global, y al año siguiente a Obama, por sus intenciones.
Cuando terminé de leer el mail miré nuevamente la sonrisa de Irena, y mis ojos se cargaron festejando la banalidad del bien. El té se me enfrió y se me calentó el corazón. 
Que buena mañana.

Nota: hay una película sobre Irena, alguna información en Wikipedia y, en You Tube, parte de un reportaje. Les dejo los links para acceder y un hermoso homenaje que econtré en la web.
Salú !!
J.Q.
Irena Sendler en Wikipedia
La peli sobre Irena



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