viernes, 31 de diciembre de 2010

Los tiempos de la vida

El conflicto generacional, el desprendimiento y el desapego, los ciclos y la fragilidad de la vida, la necesidad de encontrarse, de asumir las historias personales y reconciliarse con ellas, la relación con los hijos y de éstos con los padres. Son todos temas que están en esta película. A veces sin palabras, simplemente con imágenes y música, el film nos lleva por esos espinosos senderos.
Los tiempos de la vida, dirigido por la realizadora turca Yesim Ustaoglu, en el 2008, es una película profunda y austera mediante la cual la directora parece querer decirnos que en algún momento de nuestras vidas, tarde o temprano, la historia nos alcanza, nos encontramos con ella y nuevamente tenemos que decidir qué hacer. No importa el momento, en la ancianidad, en la adolescencia, en la madurez, cuando sea. Nos alcanza y entonces se abre un tiempo de encrucijadas. Como una Caja de Pandora (verdadero nombre de la película), ese tiempo depara sorpresas. Puede ser doloroso, dramático o inclusive alegre. Lo cierto es que nos sorprende y al rato nos reconcilia con nosotros mismos. La promesa, si logramos esa reconciliación, es una vida mejor, mas en sintonía con nosotros mismos.
No es casual que en estas experiencias, como Kavafis con su Itaca, haya un viaje de por medio. El viaje es una gran metáfora de la vida, como hay muchas otras. Pero el viaje siempre nos da la oportunidad (a través de conocer nuevas personas, del silencio en lugares desconocidos, del dejarse penetrar por nuevos paisajes…, etc.) nos da la oportunidad de reconocernos como nuevos. Es decir, de renovarnos. Pues bien, en Los tiempos de la vida hay también un viaje…, pero uno advierte que cada uno de los personajes está en el suyo, sumido en su trajinar… aunque perdido. Los tiempos de la vida harán que cada uno se encuentre y se pregunte nuevamente por el sentido del existir. En este caso, es lo que sucede a una anciana lo que hace que tres hermanos se sientan convocados a mirarse a sí mismos, simultáneamente, abriendo su caja de Pandora y enfrentando, como en otros momentos de la vida, el desafío de dejar el armadura con la que se han defendidito y escondido, porque ya resulta muy pesada, y desnudarse… dejar que sus emociones afloren, y con ellos la vida, aunque algunos encuentren la muerte. Pero eso, la muerte, es también uno de los tiempos de la vida. En fin, creo no equivocarme al decir que es una bella película, para no dejar de ver, una joyita del cine turco de los últimos tiempos, coproducida con Alemania y Francia.

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